HISTORIA AWAJUN, EN RESUMEN

Escribe: Gil Inoach Shawit, Pamuk del GTAA

Hace 10 mil años antes de Cristo, nuestros ancestros se ubicaron en el actual Piura[1]. Sucedió que tiempos después tuvieron contacto con los Muchik, pero como este practicaba una religión con sacrificios humanos para desarrollar su agricultura, un grupo importante de nuestros ancestros en rechazo a estas prácticas tuvieron que abandonar su asentamiento originario y trasladarse hacia la selva del actual Ecuador, poblando las cuencas de Zamora, Upano y Coangos. Tiempos después, dos mujeres deciden inmortalizar sus nombres transformándose en dos hermosas plantas de huito y achiote, dando así el origen al cuidado de la belleza de la mujer awajun. En su nuevo asentamiento sufrieron persecuciones de Iwa, gigante que capturaba a la gente colocándoles trampas, pero gracias a la intervención de aliados míticos como Etsa y Tseje, nuestros ancestros pudieron sobrevivir. En ese entonces el fuego era escaso, algunas familias de pueblos más poderosos contaban con semillas, nuestra gente aún no había alcanzado la agricultura, había mucha hambre, los hombres buscaban la forma de alimentar a la familia con el corazón del árbol de topa, algunos vivían en cuevas y otros se mantenían improvisando pequeñas chozas cubiertas con hojas de patiquina (sugkip). Ocurrió que Nugkui, la madre de la tierra, revela a la mujer las técnicas de siembra y aparece el cultivo de la yuca. En ese periodo Jempe (colibrí) logra introducir el fuego llevándolo prendido en su cola y repartiéndolo a la población sufrida atizando árboles secos en su paso. Se salva de morir quemado zambullendose en medio del Kanus (río Zamora o Santiago), mientras la paloma silvestre (yampits) coge las semillas de maní, frejol y secana logrando entregar a las familias necesitadas para que sembraran. Una mujer de nombre Yampan domina la siembra de zapallo y el camote, enseña a las mujeres técnicas de preparado de masato a base de yuca. Se perfecciona la alfarería en manos de una huérfana que según la historia local – Nugkui la bendijo – a partir de lo cual el awajún adopta su propia cerámica. 

Con la aparición de Nugkui, hace 5 mil años desarrollamos nuestro propio modelo de agrosilvicultura, así surgió el conocimiento sobre el uso de la tierra para sembrar semillas, entramos ya en la era de domesticación de las plantas, comienza entonces la búsqueda de mejores tierras para cultivar. La población aumenta, las familias numerosas tienen más chacras, el masato es una bebida que aumenta el prestigio de la mujer, la institución del hogar cobra importancia con conjuro de Etsa[2], de esta manera se instaura el matrimonio, Etsa y Tseje transmiten la técnica de tejido con el algodón.

Mujeres ceramistas del Cenepa comparten sus conocimientos. Foto: Miguel Ízaga

Después de una gran sequía, cayó mucha lluvia, el Tseje, que era muy dotado de inteligencia y astucia logra aprender la técnica de construcción de una casa y le transmite a nuestra gente. La familia constituye como fundamento de desarrollo de todas las actividades socio económicas, la mujer ocupa un lugar que le coloca a un nivel de importancia inmejorable. Para formar un hogar el hombre tenía que estar dotado de habilidades de caza, pesca, tejido y valentía que responda las expectativas de la mujer para dar seguridad alimentaria y estabilidad socio económica a la familia.

Los Awajun venimos a ser parte de los hermanos Shuar, Achuar y Wampis. En conjunto somos una gran familia dividida en dos grupos: el Pinchu Shiwag (clan águila) y Anta Shiwag (clan de talla alta). La nación originaria Awajun pertenecemos al grupo de Pinchu Shiwag. Decían los muun que los pinchu shiwag somos gente de estatura baja y de uñas del dedo encorvadas.

Nayap transfiere la técnica de pesca con shikiit y Anchau le enseña al ancestro la pesca con el uso de la planta llamada mayu, antes de que apareciera el barbasco. En la medida que aprendían de los pueblos vecinos, nuestros ancestros ya habían perfeccionado sus habilidades de caza y la recolección haciendo trampas, armas de defensa como la lanza e instrumentos domésticos. Para sobrevivir frente a las amenazas nuestros ancestros encontraron en ayahuasca una formula sana de revitalización del cuerpo, abriendo de esta manera una fortaleza colectiva que hacía mucha falta adicionar a sus conocimientos para fomentar así su propia disciplina espiritual para encontrarse con Ajutap. Ajutap es el espíritu que da fortaleza y seguridad personal y liderazgo. Nuestra gente intercambiaba las plumas de papagallo que eran bien solicitadas para dar colorido a las coronas de elites andinas a cambio de almejas que eran muy queridos por nuestras madres ancestrales para exhibir en los bailes.

Lideresa Awajún Georgina Rivera. Foto: Pedro Dinos / Archivo CAAAP

Cansados de ser capturados por sacrificios humanos que practicaban los muchik, guerreros ancestrales como el paujil, el tucan, el paucar, el gallito de las rocas y aliados le declaran la guerra al gran cangrejo que en awajún se llamaba UGKAJU. Pero al no poder vencerlo le invitan a Shiik que en un principio subestimaron por su aparente docilidad y baja estatura. El legendario ancestro Shiik logra vencer al Cangrejo construyendo túneles que desviaron el agua que provocaba el enemigo y exterminaba a sus adversarios.

En busca de mejores tierras nuestros muun cruzaron la cordillera de cóndor quedándose asentada en el valle de Numpatkaim, tributario del río Cenepa, luego se extendieron hacia el Kubaim, mientras una parte de la población awajun asentada en Chinchipe quedó en Kumaj (Aramango) en un lugar llamado La Yunga. Actualmente este lugar se encuentra cerca de Bagua Chica en el departamento de Amazonas. Con el incremento de la población, las familias de Numpatkaim y de Comaina bajaron para poblar el río Cenepa.   

Mas o menos alrededor de 1450, en el reinado del Inca Tupak Yupanqui, nuestros ancestros fueron atacados cerca de Jaen por el ejército inka, produce entonces una lucha grande que se conoce como la guerra contra los wampukus donde salen vencedores nuestros muun. De esta manera el territorio del Alto Marañón quedó en dominio absoluto del pueblo awajún. En ese enfrentamiento, el ejercito inca nos pone el sobre nombre de pakamura, en alusión a la cara pintada de color rojo que llevaban nuestros guerreros.   

En 1532 llega Francisco Pizarro e ingresa a Cajamarca tomando prisionero a Atahualpa. En 1549, Diego de Palomino funda la ciudad de Jaen de Bracamoros. A partir de esa época, exploradores españoles tuvieron primeros contactos con nuestros muun hacia el Chinchipe y establecieron relaciones de intercambio de productos manufacturados para proveerse de oro a cambio de hacha y machete. Con este instrumento, los awajun, reemplazamos el Kanam (hacha de piedra) con hacha de metal. En 1589 llega la viruela y muere mucha gente, los muun huyen hacia Yusa Majag, donde actualmente se ubica la comunidad de Yupikus, escalando las colinas de Almendra, luego se internan hacia Chayu Yaku y Kaya, siguiendo el río Buchigkis hasta llegar a Cachiyacu que es el tributario de Muun Numpatkaim o río Nieva.  

En el año 1599, nuestros muun liderados por Kirup y confederados con nuestros hermanos shuar se levantan contra el abuso colonial, destruyendo los campamentos mineros de Logroño, Sevilla de Oro, Valladolid y Macas. Desde ese entonces, nuestros ancestros nunca más le dejaron entrar a los conquistadores en nuestro territorio, aunque hubo intentos de repoblamiento.

El viejo Utush que había avanzado hasta Cachiyacu por el alto Nieva, siguiendo su vocación de explorador, logra llegar en la cabecera del río Potro, estableciéndose en un lugar llamado Achu, desde donde más tarde otro grupo de familia siguiendo el curso bajo del mismo río se establece en un lugar que le llamaron Chapi (palmera yarina) en referencia a la quebrada que se encontraba poblada de estas palmeras en sus orillas. Con el tiempo, los awajun que quedaron asentados de manera definitiva en aquel lugar se les identificó y se sigue identificando hasta la actualidad como la gente de Chapi. Otra familia que se quedó en Achu fue a establecerse en Cahuapanas, tiempos después saliendo de este sector, un grupo fue a establecerse en alto Mayo.

El sector Apaga – Yurapaga fue poblado por los ancestros que se refugiaron de las primeras correrías reduccionistas ocurridos en el siglo XVI. Fue incrementando su población a partir de 1880 en el tiempo del caucho.

Las riberas del alto Marañón comienzan a ser pobladas lentamente desde el año 1589 por los pobladores que se esparcieron por la viruela, y con el primer oleaje del caucho que empezó a partir del año 1880 la población empezó a incrementarse con las familias que descendían de la cordillera de cóndor. Hasta el año 1950, las riberas del bajo y alto Marañón y los ríos tributarios ya estaban pobladas, más tarde, las familias se juntaron para gestionar sus escuelas primarias y luego tramitaron sus títulos de propiedad comunales con la ley de comunidades nativas.

CN Bello Horizonte, Nieva. Foto: Pedro Dinos / Archivo CAAAP

En 1945, pobladores Awajun de Kucha, se trasladan en Chingosales, produciéndose de esta manera el contacto con el reverendo José Martin Cuesta. Mas tarde se fundaría la actual comunidad de Naranjos que queda en la provincia de San Ignacio, del departamento de Amazonas. Mas o menos en el año 1930, el muun Tsamajain con sus hermanos Shajup y Chaig, “se instalaron en la boca del río Santiago”[3]. Años más tarde paso una expedición militar por el río Santiago en 1936[4]. Después, los militares determinaron establecerse instalando la Guarnición Militar “Teniente Pinglo” en la boca del río Santiago. Desalojados por los militares el grupo awajun se traslada al río Putushim, este río desemboca en el río Santiago.      

En la vida republicana, tuvimos en nuestro territorio la presencia de caucheros desde el año 1880 hasta el año 1912 en su primera oleada, luego se reintrodujo la labor cauchera en el año 1942 que terminó hasta el año 1945. En esos periodos la presencia del Estado en la selva era escasa, a parte de la explotación que sufría la población, los caucheros se abusaban de mujeres, introdujeron el licor, trajeron enfermedades como el sarampión y la disentería. Estos males que se convirtieron en problemas sociales y el desgobierno que generaba el cauchero sobre la población al minimizar la autoridad que ostentaban los viejos, provocó levantamientos masivos que determinaron el retiro definitivo de los caucheros del territorio awajun.

En 1953 se abre la primera escuela bilingüe en la comunidad de Nazareth, siendo el muun Daniel Dagtucho Pinchinam su primer maestro y líder promotor de las demás escuelas bilingües que se crearon en Chikais, Chiyagkus y Pagkints.   

Hasta el año 1950, el territorio awajun era un solo bloque espacial que abarcaba ambos márgenes del Alto Marañón y sus ríos tributarios.

Con la Ley de Comunidades Nativas que tuvo lugar en el año 1974, la posesión territorial del pueblo awajun pierde fuerza, se imponen los títulos de propiedad comunales, los dominios tradicionales pasan a ser considerados como áreas de libre disponibilidad del Estado. La Constitución de 1993, anula los principios inalienable e inembargable de tierras comunales que aún conservaba la Constitución de 1979, el futuro de la comunidad queda en manos de comuneros bajo el paraguas de su autonomía. Frente a esta situación, el pueblo Awajun ha encontrado una forma de proteger su territorio auto demarcando todo su territorio ancestral, abarcando las tituladas y las no tituladas, las cuales en conjunto hacen un total aproximado de 3 millones de hectáreas. La auto demarcación del territorio awajun comenzó en el año 1995.

Con esta visión primigenia se auto reconoce todo el territorio awajun en el marco de la libre determinación de los pueblos con el nombre de TERRITORIO INTEGRAL.

Cuando decimos territorio integral, nos referimos al territorio en su dimensión espiritual, material y espacial, que nos permite vivir y desarrollarnos como una nación originaria con una cultura e identidad propia.

De igual manera, el pueblo Awajun acordó crear una institución propia para administrar y gobernar su territorio, se llama GOBIERNO TERRITORIAL AUTONOMO AWAJUN (GTAA), el mismo que fue constituido en una gran asamblea llevada a cabo los días 17 al 18 de diciembre del año 2021.   

Antes de que se constituya el GTAA, las comunidades nativas awajun se juntaron para defender sus intereses colectivos a través de organizaciones y/o federaciones indígenas en el siguiente orden:

  • En 1977 se crea Consejo Aguaruna y Huambisa, cuyo proceso inicial comienza en el año 1971 con el nombre de una Cooperativa denominada Central de Cenepa.
  • En 1982, se crea IJUNBAU CHAPI SHIWAG, como parte del proceso organizativo que se origina en el año 1980 en forma de conferencias de las comunidades awajun de Loreto.
  • En 1982, se funda la Organización Aguaruna del Alto Mayo (OAAM) por influencia del Comité de Comercialización de Producción de Cacao de Yamayakat que venía funcionando desde el año 1975.   
  • En el año 1983, se constituye la Organización Central de Comunidades Aguarunas del Alto Marañón (OCCAAM) que primero comienza como Comité de Comercialización de Producción del Cacao de Yamayakat en el año 1975.

Los lideres de aquel entonces intentaron crear en los inicios de la década del 80 una instancia de coordinación entre las comunidades awajun asentadas en diferentes departamentos, pero estas iniciativas no continuaron. Con GTAA las comunidades awajun de los departamentos de Loreto, Amazonas, Cajamarca y San Martin se han unido.

El GTAA viene a ser la máxima instancia representativa del pueblo Awajun. Es la instancia pensada como espacio legitimo para tomar decisiones en todo lo que concierne promover el tajimat pujut, administrando y gobernando nuestro territorio de manera autónoma.  

Foto portada: Miguel Ízaga


[1] Hocquenghem, Anne Marie. 1998. Para Vencer la Muerte. Lima: Lluvia Editores. 

[2]Grover, J., Akuts Nugkai, T. & Kuji Javían A. (1977). Initik Augmatbau, Historia aguaruna-Primera etapa Segunda etapa/Tomo III. Pag. 179-184.

[3] Guzman Tsamajain Uwek. Entrevista, 31 de agosto del 2022). 

[4] Francois  Bignon. La Militarizacion de los Orientes Peruanos y Ecuatorianos (1933-1941). Amazonía Peruana, Volumen XVI, Nº 32, 2019; p.p 133-151.

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