El Gobierno Territorial Autónomo Awajun (GTAA), ante la crisis política y social desencadenada a raíz de los problemas de desigualdad históricamente postergados por la marginación y discriminación de los pueblos más olvidados del país, hace de conocimiento público lo siguiente:
- El Perú nació desde una estructura colonial que excluía de la sociedad nacional como no ciudadanos a los pueblos originarios por el simple hecho de ser distintos en nuestra forma de percibir el mundo, caracterizado profundamente por nuestra idiosincrasia cultural.
- El derecho propio sobre la forma de hacer economía, de regular el control social, de adoptar sistemas de gobernanza territorial de acuerdo con el derecho consuetudinario establecido de manera colectiva y nuestro derecho a la libre determinación como pueblos originarios fue pisoteada por una nueva estructura del estado republicano que sin tener en cuenta estas particularidades y pluralidades culturales y jurídicas se impuso de manera fallida, por más de 200 años.
- Durante muchos años con el argumento de la integración nacional nos han sometido a una forzada asimilación hacia el mestizaje tratando de mellar nuestras identidades culturales y nuestra propia forma de concebir el desarrollo, reduciendo nuestros espacios territoriales y los recursos naturales que nos han permitido vivir durante milenios como pueblos originarios.
- Los programas y políticas estatales siempre dictadas desde arriba nos han forzado a seguir un patrón asimilacionista al extremo tal que para controlar legalmente nuestras vidas nos han declarado en pobres extremos desechando los valores, los conocimientos y tecnologías locales que usamos con los cuales hemos podido vivir holgadamente antes de que se establezca el actual Estado.
- Durante miles de años hemos tenido nuestras propias necesidades como es natural pero jamás hemos experimentado escasez en la amazonia, nuestro territorio, en comparación de lo que tan solo a 200 años de la vida republica ya estamos viendo que nos estamos quedando sin territorio y sin recursos naturales.
- Hemos tenido 12 constituciones desde que se fundó el Perú y en ninguna de ellas hemos sido consultados ni tomados en cuenta como culturas con derecho a crecer con autonomía, más la constitución de 1993 ha colocado las tierras comunitarias al libre juego de la economía de mercado haciendo que nuestro futuro como pueblos originarios sea incierta.
- Tenemos un sistema político dominado por los grandes intereses que impiden que los pueblos originarios también tengamos representantes en el Congreso de la Republica para que desde ahí podamos hacer leyes que nos garanticen un futuro con dignidad que nos permita alcanzar el TAJIMAT PUJUT (vida plena) y parar el saqueo desmedido a la amazonia y deforestación criminal que se está cometiendo en perjuicio del futuro colectivo y del clima.
- Tenemos una clase política y judicial que solo favorece a los poderes de facto que compran voluntades y orquestan planes para apropiarse sistemáticamente las arcas nacionales para perjuicio de los pueblos marginales de país y no permite que la atención de la salud pública y la educación se mejoren, incrementando de esta manera la estadística de la pobreza lo cual no contribuye en la consolidación de la frágil democracia que tenemos.
- El Estado no reconoce la personalidad jurídica del sujeto PUEBLO originario ni su derecho a la gobernanza territorial pese a sus obligaciones internacionalmente adoptados en el marco de los tratados y declaraciones sobre derechos humanos (Convenio 169 OIT, Declaración de Naciones Unidas sobre Derechos de los Pueblos Indígenas, PIDCP, PIDESC, etc).
Por todos estos antecedentes y considerando que la crisis que estamos presenciando a nivel nacional tiene origen en la sepa de la discriminación racial y del dominio de poderes de facto para tenernos postrados sin palabras ni voz para decidir, por lo tanto, declaramos y demandamos:
- Cambio de la Constitución Política del Perú. – Que es momento desde los pueblos originarios plantear un nuevo pacto social que implica reforma constitucional de 1993 para lograr que la nueva Constitución Política del Perú nos reconozca como culturas fundantes de la república peruana y sea socialmente justa y económicamente plural y reconozca las autonomías territoriales indígenas y distritos electorales propios para asi garantizar la representación indígena en la esfera legislativa y principales espacios públicos de decisión. Para elaborar la nueva Constitución se debe instaurar en el breve plazo la Asamblea Constituyente donde participemos por primera vez en la historia los pueblos originarios del país.
- Nuevas elecciones. – Recorte de las funciones legislativas del Congreso y del mandato presidencial y nuevas elecciones generales a fin de que la situación de convulsión social y política que atraviesa el país no siga agravándose y no socave la frágil economía que aún no se recupera del desastre que nos dejó el COVID 19. Se demanda que las elecciones generales se den en abril del año 2023 y en ella se incluya también la Asamblea Constituyente.
Nos solidarizamos con todos los hombres y mujeres que enarbolan la bandera del patriotismo y salen a las calles para expresar su voz en busca de justicia, pero instamos que todas estas resistencias se realicen en términos pacíficos sin agredir a nuestro prójimo, ni destruir patrimonios públicos ni privados. En este sentido decimos:
- Que la fuerza pública respete las marchas pacíficas ya que el derecho de protesta es constitucional y como medio de expresión del sentir ciudadano.
- Articular nuestra expresión pública a través de manifestaciones pacíficas como pueblo originario awajun a nivel de los departamentos de Loreto, Amazonas, Cajamarca y San Martin.
- Respaldar la manifestación pacífica del pueblo originario awajun del distrito de Imaza.
- Solidarizarse con el expresidente José Pedro Castillo Terrones e instar a las autoridades judiciales, las investigaciones que se le formulen al procesado conduzcan a su pronta liberación – esperamos – esto se de en un proceso justo y transparente respetuoso a los derechos humanos.
Chiriaco, 15 de diciembre de 2022