El 5 de junio de 2009, en la Curva del Diablo, ocurrió uno de los hechos más dolorosos y reveladores de nuestra historia. Tras más de 50 días de protesta pacífica, el Estado respondió con violencia a la legítima defensa de los pueblos Awajún y Wampis, que se oponían a un paquete de decretos legislativos que amenazaban con entregar nuestros territorios sin consulta ni consentimiento.
Ese día no solo se apagaron vidas, se mostró una vez más la indiferencia estructural hacia los pueblos indígenas y su vínculo con el territorio. El Baguazo no fue un hecho aislado, fue el reflejo de una larga historia de exclusión, racismo y políticas extractivistas que siguen viendo la selva como un recurso a explotar, y no como un espacio vivo, sagrado, colectivo y hogar.
A 16 años, la herida sigue abierta. Las promesas de cambio tras la tragedia no se han cumplido plenamente. Las leyes aún se imponen sin consulta efectiva, la criminalización de defensores continúa, y la autonomía de nuestros pueblos sigue siendo negada o ignorada por el Estado. Por eso nos preguntamos:
¿Se respetan hoy los derechos colectivos de los pueblos originarios?
¿La consulta previa es una herramienta real de decisión o una simple formalidad?
¿Quién decide el futuro de nuestros territorios?
En el Gobierno Territorial Autónomo Awajún, no olvidamos. Por eso, mediante la Ordenanza N.° 15-GTAA, hemos establecido el 5 de junio como el Día Conmemorativo de la Lucha por el Medio Ambiente y el Territorio Awajún, para mantener viva la memoria del Baguazo y reafirmar nuestro compromiso con la defensa de la vida, el territorio y nuestros derechos colectivos.
Como parte de esta conmemoración, desde el Gobierno Territorial Autónomo Awajún hemos producido un documental “5 de junio – Memorias del Baguazo” que recoge la memoria del Baguazo desde la voz de nuestro pueblo. A través de testimonios, imágenes y reflexiones, reafirmamos que nuestra historia no será contada por otros: la contamos nosotros, desde la verdad, la dignidad y la defensa del territorio.
Hoy no solo recordamos. Reivindicamos. Porque la lucha por justicia, autonomía y respeto a nuestros pueblos no terminó aquel día: sigue viva en cada defensa, en cada bosque cuidado, en cada voz que no se rinde.